martes, 12 de julio de 2011

CAPITULO III

En ese momento apareció un lobo muy feo que, supuesta mente con buenas intenciones, le pregunto a Caperucita: -¿Para donde vas, !Niña hermosa¡? ¿Acaso estas perdida?
Ella contesto en medio de las lágrimas:
-Me dirigía a casa de mi abuelita, que se encuentra muy enferma, a llevarle estas deliciosas frutas, pan y miel que le envía mi mamá. Pero en el bosque me distraje disfrutando de la belleza de las flores y los pajaritos y me desvié del camino y ahora... no se como llegar a casa de mi abuelita.
Al escuchar la respuesta de la inocente Caperucita, el lobo se saboreo pensando:
"Este bosque es muy grande y esta pequeña esta perdida. Para llegar a casa de su abuela hay un camino largo y un atajo. Le indicare el largo, cojere el atajo y llegare primero a la casa de la abuela, fingiré ser la pequeña nietecita y cuando ya este dentro de la casa me como a la abuela. Luego cuando llegue esta pequeña fingiré ser la abuela  y haré seguir a la pequeña, cuando este adentro me la comeré de un solo bocado."
Entonces el lobo después de tener estos perversos pensamientos sin que nada sospechara la pequeña niña, se sonrió, pensando que era muy astuto, y dijo a Caperucita:
-Te indicaré con mucho gusto el camino. Mira , para llegar a donde quieres ir hay dos caminos. Te propongo una cosa: ¿Poque no jugamos a que tu cojes por aquí y yo por allá, a ver quien llega mas rápido?
Caperucita acepto sin sospechar las intenciones del astuto animal , por eso tomo el camino que le indicaba el lobo; camino que, por su puesto era el mas largo y peligroso.  


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