martes, 12 de julio de 2011

CAPITULO IV


Mientras la niña se fue nuevamente contenta y un poco distraida , el lobo tomo el atajo y corriendo llego a casa de la abuelita. Cuando llego, el lobo toco la puerta de la casa 
-Quien es? -dijo desde adentro la voz temblorosa de una anciana. y el lobo, fingiendo la voz de Caperucita dijo.
-Abuelita, ábreme ; soy yo, Caperucita, y te traigo una canasta de frutas frescas, pan y miel que mamá te preparo. Sin dudarlo, la abuelita ,desde su cama tiro la cuerda que estaba atada al seguro de la puerta y abrió:
-Sigue, Caperucita.
La abuelita intentaba tomar sus gafas, pero no las encontró. Entonces el lobo se acerco un poco mas. La abuela dijo:
-Caperucita , acércate un poco mas no te veo bien.
y cuando el lobo estuvo mas cerca, la abuela dijo:
-Pero nieta como has crecido. Déjame tocarte.
y estirando la mano toco los ojos al Lobo.
-Pero que ojos tan grandes tienes...
-Son para verte mejor, abuela dijo el lobo.
-Y que manos tan grandes y fuertes tienes Caperucita.
-Son para tocarte mejor.
-Y que brazos tan fuertes.
-Son para abrazarte mejor.
-Y que boca  tan grande tienes...
-Es para comerte mejor- dijo el malvado lobo, mientras se lanzaba sobre la indefensa mujer y de un tarascazo se la trago. .

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